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Nevada AQP

Chistes matemáticos:

Chistes matemáticos:

-Los números del 1 al 9 estaban muy unidos. El cero trató de dividirlos, y provocó un conflicto.                    Desde entonces, le prohibieron ser divisor.
-Anestesiaron al cinco para extraerle la raíz. Aún así, fue una operación complicada.
-La equis siempre pensó que la muerte estaba al otro lado del signo igual.
-La circunferencia denunció por acoso a la tangente. La juez fue secante: orden de alejamiento.

 

Anécdotas matemáticas

Este articulo lo encontrará en el Blog:  Tio Petros

El cuaderno escocés

De vez en cuando, por diversos motivos, hay lugares concretos en momentos concretos, en los que florece el pensamiento humano de forma explosiva, como sucedió en la Atenas clásica. A veces la manifestación es artística, otras veces literaria y otras científica. La matemática; una vez más, demuestra ser una actividad humana como las demás.

En los años comprendidos entre las dos grandes guerras, Polonia demostró ser una potencia importantísima en matemáticas. La reunión en poco espacio de tanto matemático y de tanta altura ha sido calificada de sorprendente en más de una ocasión.

Nos encontramos en la ciudad de Lviv. El departamento de matemáticas de la universidad de Lviv era un foco de actividad. Confluían allá los mejores; estamos hablando de Ulam, Banach, Sierpinski, Mazurkiewicz, Zygmund, Alfred Tarsky, Kuratowsky...El propio Von Neumann visitó Lviv
en 1929.


La actividad era tan intensa que trascendía los muros universitarios, y se volcaba en las tabernas. Muchos años después, Ulam escribiría:

Me  acuerdo  de  una  sesión  en el Café Escocés con Mazur y Banach que duró 17 horas sólo interrumpidas por las comidas. Lo que más me impresionaba era cómo se podía hablar de matemáticas, razonar y hallar demostraciones en estos debates.

El café escocés (ver foto) se convirtió en un centro regular de reunión de matemáticos. Las mesas, según cuenta Ulam, eran de mármol blanco, lo cual era una ventaja pues se podía escribir con lápiz sobre ellas, borrar y volver a empezar.

Un día, Banach decidió que aquello no podía ser, y era necesario levantar acta de aquellas reuniones. Ni corto ni perezoso se compró un gran cuaderno en el que irían apuntando los teoremas y demostraciones que surgieran en el café escocés.

Tras cada reunión, entregaban el cuaderno al camarero, el cual lo guardaba ceremoniosamente tras la barra. Los temas que se tratan en este libro son muy variados, y en él figuran ciento noventa y tres problemas, muchos de los cuales permanecen aún sin respuesta. Algunos tienen premios asignados para aquel que los resuelva, que van desde una botella de champagne, una botella de whisky, una cerveza, una taza de café, cien gramos de caviar, tocino o un ganso vivo.

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue ocupada primero por los rusos y después, en el verano de 1941, por las tropas alemanas. En ese momento cesaron las anotaciones quedando como última fecha el 31 de mayo de 1941.

La comunidad matemática no fue ajena a los sufrimientos de la guerra, y ante los temores de ocupación Ulam y Mazur decidieron poner el libro a buen recaudo. Parece ser que lo enterraron junto a la portería de un campo de fútbol cercano.

Ulam se trasladó al final de la guerra a Estados Unidos, colaborando con los americanos en proyectos militares de alto secreto, proyecto Manhattan incluido, y fue en su estancia en Los Alamos donde recibió de manos del matemático Steinhaus una copia del mismo. El hijo de Banach había conseguido recuperar el libro y había proporcionado a Steinhaus la copia. Para entonces, el cuaderno escocés era toda una leyenda.

Ulam lo tradujo al inglés y se encargó de distribuirlo por los ambientes universitarios.
El propio Stanislaw Ulam lo cuenta todo en sus memorias, editadas en España con el título de “Memorias de un matemático”, editorial nivola, septiembre 2002.

Al escribir este post no puedo dejar de pensar en aquella frase de Erdös: Un matemático es una máquina que convierte café en teoremas
.

 

En nuestro caso debió decir: Un matemático es una máquina que convierte chela en soluciones de problemas… digo… por lo menos.